miércoles, 15 de agosto de 2012

YO, CUCARACHA




Esta vez, plantarme delante del teclado y tratar de plasmar con un mínimo de coherencia los sentimientos encontrados que nuestro baloncesto olímpico ha producido en mí, resulta del todo imposible. Sé que, por mucho que repase el texto antes de enviárselo al fontanero murciano que me ha metido aquí, no será del todo de mi agrado y la voz me dirá aquéllo de “aquí te has pasado tres pueblos” o “le podías haber sacudido más”. El que me conozca sabrá de sobra que la primera frase la escucharé bastante más que la segunda...

Mis entradas en este blog son justamente éso, entradas. Respeto demasiado la profesión periodística, con o sin título académico que la respalde, como para llamar artículos a mis escritos. Y ese respeto y prudencial distanciamiento con el periodismo a la hora de escribir, debe tratar de ser convertido en ventaja a mi favor ya que ante nadie he de responder. Ni es mi medio de vida, ni tengo “linea editorial” alguna de la que no salirme. Digo lo que mejor proveen mis entendederas. Acaso molestar a más de un follower tuitero que termina por dejarme de lado, a los cuales dicho sea de paso, razones no les faltan. Me da igual, no es el camino políticamente correcto el que me gusta recorrer y el que me sigue hace tiempo que lo sabe.

Twitter es una arma de desigual calibre según en qué manos caiga. En las mías es un juguete divertido, que te permite sacar la neurona a pasear con el riesgo que ello conlleva, que decida disfrutar su libertad y abandonarme para siempre cansada de mí, sin pensar que no tengo otra. Como premio al buen uso, consigues acceso a gente como tú, la mayoría menos insanos, y a personas importantes dentro del mundillo en el que te gusta husmear, e incluso a veces, esta gente conocida deja de ser virtual por un tiempo y consigues disfrutar de una buena conversación face to face acompañada de unos no menos buenos pelotazos. Siempre agradecido, Oscar.

En otras manos pasa a ser como la mejor prenda del armario de aquél que lo usa. Algo así como el mejor suit & tie del usuario. Un uso que deviene en uso profesional de la herramienta, y en esa NBA del Twitter hay álguien que destaca muy por encima del resto, Don José Luís Sáez, presidente de la Federacion Española de Baloncesto, o mejor dicho @JLSaezR para los no iniciados.

Quien no haya leído nunca aquello de “Buenos Días, al trabajo con alegría” es que no sigue el baloncesto en Twitter. Sáez puede ser muchas cosas, pero si de algo estoy seguro es que de tonto no tiene nada. Él es el mejor escaparate para vender el producto federativo, avalado por los extraordinarios resultados obtenidos a nivel de selecciones. Sáez es la marca FEB. Así de claro, el emblema de la empresa. La defiende, la sabe promocionar, conoce su valor... y el que puede llegar a tener. Pero no es solo en la seguridad del despacho donde se desenvuelve, no. No le hace ascos a una buena batalla dialéctica sea cual sea el interlocutor, seguro saldrá ganador. Cual fue mi sorpresa cuando un día entre semana, a las tantas de la madrugada, tuiteó algo, le saludé y estuvimos un buen rato cambiando impresiones y hablando en tono desenfadado de temas diversos. Gran conversador y bético. No sé en qué orden. Y, algo que siempre me sorprendió, uno de mis primeros seguidores en Twitter. Sea como sea, me tiene ganado. No tengo ni idea de si es o no un buen presidente a nivel de gestión interna. No es mi tema. Ya hace más de una década que dejé de pertenecer al mundo federativo y no es algo que eche de menos, precisamente. Los federados y prensa deben ser los que valoren a Sáez como presidente. A mí me parece un tipo que domina como nadie los entornos periodístico y político. Algo tremendamente difícil y que yo le valoro. Cuenta pues con mi respeto, admiración y, por qué no, con mi cariño. Lo cual no quita que si considero que debo criticarle alguna vez, no me preocupa hacerlo, ya he comentado antes la ventaja de no vivir de ningún medio de comunicación.

Estos JJOO recién concluídos, debían ser la apoteosis final de la irrepetible generación española del 80 y así ha sido. Murieron en la orilla, pero morir así debe ser lo que se dice una muerte dulce. El inaccesible equipo americano, por momentos vio escurrirse entre los dedos esa medalla de Oro con la que ya llegaron a Londres. Por mucho que los americanos vinieran avisados desde Beijing, no esperaban nada parecido. Ni siquiera el más arroncerado de los españoles con un conocimiento mínimo de este deporte, podía esperar un desenlace semejante. España, su baloncesto, ha entrado en la Historia.

La pregunta es: ¿Mereció la pena la forma de llegar ahí?. Para mí, no. Así, seco, rotundo... NO, ni de coña. La desaceleración consciente ante GBR, pase. A estas alturas ya sabemos que en todos los torneos hay al menos una de esas. La desidia ante RUS, injustificable y lo de BRA, consecuencia de lo anterior. La mayor vergüenza que he visto en el deporte español en los últimos tiempos. Ya no fue cosa de un “quiero y no puedo”, fue más bien “no me da la real gana”. Un Bronce hubiese sido muy digno, pero el guión ya estaba escrito y en él se podía leer que el color de la medalla era Plata.

Mucho se ha escrito y alguna cabeza ha rodado. Ahí está el tema Terra vs. @elcapitaenciam, que puede servir de ejemplo. Parece que este equipo está por encima del bien y del mal. Que los resultados lo tapan todo, cuando lo que hacen es llenar la alfombra de bultos. Que el entrenador pim o pam, pues sí. Aún recuerdo las primeras declaraciones de Scariolo al concluir su último partido contra Mens Sana en la Lega: “Desde mañana empiezo a planificar la temporada que viene”. Más claro, agua. Poco es lo que pinta la figura del entrenador en el equipo nacional español. Tampoco nos rasguemos las vestiduras por ello. Ejemplos hay, sobre todo en fútbol, de vestuarios descabezados que se autogestionan y consiguen títiulos, la Dinamarca de la Euro 92 o la Holanda de la Euro 88. Esos dos equipos tienen algo en común con el nuestro, jugadores buenos y con cabeza, que no necesitan un “héroe de la pizarra” para desarrollar todo el potencial que llevan dentro. A la forma de autogestión de nuestro combinado nacional se le ha llamado “el clan de la Pocha” copyright @elcapitaenciam. La cosa tiene miga, porque en mi entorno personal, desde el europeo de Madrid los bauticé como “la hermandad de la Pocha”. Y digo lo de miga, porque desde prismas diferentes se obtienen conclusiones muy parecidas.

Acepto la autogestión como manera de funcionar del grupo, pero supervisada si no por el entrenador, sí entonces por el presidente. Dicho de otro modo, Sáez no debió consentir lo de Rusia, avisado como estaba de la bajada de brazos general percibida dos días antes contra el anfitrión. No hay nadie que pueda estar por encima del bien y del mal, ni siquiera este equipo. Lo de Brasil, visto más en frío, ya poco importa. No se salió a perder, fue Brasil el que parecía tirar el partido. Pero cuando vio la indolencia española se creció. Igualó, remontó y ganó. Como quiso y cuando quiso. Sí me toca la moral que salgan jugadores antes del partido, Rudy y Calderón, pidiendo el apoyo de la afición que el partido es importantísimo, que si bla, bla y cien veces bla, sabiendo que no van a competir. Y ya para colmo, en el Telediario de las 3 de la tarde de TVE al día siguiente, aparezca una breve entrevista a Pau en el vestuario diciendo con toda la cara dura que “nos hemos vaciado, el equipo lo ha dado todo...”, lo mejor la cara de Ibaka en segundo plano como diciendo “a mí ni siquiera me han repartido cartas”. Y Sáez, amenazando en Twitter con cerrar su cuenta por las críticas. No, hombre, no. Insultos ni uno. Pero críticas, todas. Más aún en su caso, usuario activo de Twitter. Y llamar cucarachas a los muy críticos, tampoco. Sobraba. No supo encajar los golpes él, uno de los mejores encajadores.

¿La final?, se jugó. No la ví, no fui capaz. Un arròs a banda y una sobremesa podrían haber tenido la culpa. En realidad fueron la excusa que necesitaba para escabullirme y no vibrar con lo que iban a hacer los que me habían estafado unos días antes. Pero ello no me impidió sacar la cara por mi equipo en Twitter esa misma noche, cuando uno de los gurús americanos empezó a poner en entredicho la nacionalización de Ibaka. Con un tuit le cerré la boca. Ahí está mi TL del domingo de madrugada para aquél que quiera verlo.

Con estos temas hoy día hay que ser más serios. Para mentiras ya están los políticos. Para malas noticias cualquier telediario. La gente tiene pocas ocasiones para creer en algo y esta era una de esas veces. Una derrota ante Rusia así como se produjo es una mala noticia. Lo de Brasil es directamente una tomadura de pelo. Y lo es porque este equipo no genera ninguna duda. Nadie debe dudar de ellos porque se sabe de lo que son capaces... y cuando han querido, se lo han demostrado al mundo entero.

@quiquechust


2 comentarios:

  1. Sensacional reflexión!! enhorabuena por el blog!!

    Estoy contigo la herramienta twitter es una pasada. Muchos ilustres como G.Vazquez o el propio Genaro Diaz de la selección se han prestado a intercambiar comentarios conmigo. Otros muchos no lo hacen, una lástima...

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  2. Totalmente de acuerdo contigo Quique,yo llevo muchos años viendo baloncesto y deporte en general y aquel día el amor propio de cada uno de los jugadores que salio a la canche se fue a otro mundo.La apatia,pasotismo y conformismo ante la mediocridad no dando ni la mitad de lo que tiene cada uno me parecio indigno de este equipo.Calderon dijo que estaba muy dolido por los comentarios que estaba oyendo y leyendo a traves de Twitter,pues ya eran muchos años de decidacion a la seleccion y que se dudara de ellos le parecia increible;Pues por eso mismo Calderon,por esos años que llevamos viendoos ganar titulos,dandolo todo,dejandoos vuestra alma en cada partido con orgullo y la cabeza bien alta por eso mismo,los que os seguimos en cada torneo ya sea desde donde sea,tambien un poco os conocemos y sabemos que aquel día aflojasteis la piernas y vuestro amor propio para dejaros perder descaradamente y asi llevarnos esa Plata, que para mi nunca sera la mejor Plata que hayamos conseguido y consigamos en un futuro.Gran articulo Quique,enhorabuena.

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