sábado, 15 de junio de 2013

LA DELGADA LINEA BLANCA



Cuando parece que en las series finales ACB la percepción del arbitraje vuelve a un plano más normal, una situación que se ha venido repitiendo desde el primer partido no ha empezado a llamar la atención hasta bien entrado el tercero. Una línea vuelve a alentar el debate en torno al universo del silbato, esta vez es una linea blanca. No una linea de ropa que define el color de uno de los dos contendientes, no sean malpensados, para mal pensar me basto y me sobro. Me refiero a la línea que se sitúa a 4'60 metros del aro, la linea de tiro libre, esa de la cual el nuevo jugador griego del Barcelona Dimitris Mavrokefalidis hace uso a su libre albedrío.

Que no solo la pisa sino que mete la bota un metro dentro de la zona cada vez que lanza un tiro libre ha escapado a los ojos de todo el mundo hasta que Pérez Pérez tuvo a bien advertirle de dicha circunstancia en el partido de anoche, el tercero. Que el espectador no haya caído en ese detalle sin la ayuda de las imágenes de un árbitro advirtiendo a un jugador de que puede estar cometiendo violación al reglamento, carece de importancia. Son detalles que no siempre vemos aunque, a veces, para según qué ojos, esos detalles no pasan inadvertidos.

Llegados a este punto creo conveniente explicar un poco la regla. Hay un jugador situado detrás de la linea de tiro libre que es el lanzador. Ese jugador debe permanecer detrás de la linea, sin pisar ni mucho menos invadir la zona, hasta que el balón que él mismo ha lanzado toque el aro. No es lo mismo para los jugadores que aguardan el rebote en el pasillo de tiros libres. Ellos pueden invadir la zona una vez el balón ha abandonado la mano del tirador.

Lo más llamativo para el gran público ha sido que un árbitro se de cuenta de la circunstancia y no solo no sancione la jugada, sino que advierta al infractor de no volver a cometerla. Para mí, no. Yo lo veo de otra manera. Me resulta tan difícil creer que ninguno de sus dos compañeros de ayer, ni los otros seis que han arbitrado estas series hasta la fecha lo hayan visto. Es más, de tan difícil, me resulta increíble. Es decir, que no me lo creo. Ocho árbitros ciegos y uno que viendo bien no hace lo que tiene que hacer... Ni de lejos. Yo voy más allá.


Se habla de criterio arbitral. Tiempo atrás ya dije la mía. Todo Director Técnico Arbitral es como un Ministro de Justicia. Las leyes están ahí, escritas y articuladas en papel. El reglamento FIBA también. Es misión del máximo responsable técnico establecer un criterio de interpretación lo más uniforme posible para trazar el camino que una y no separe la literalidad del Código con su espiritualidad, dejando a cada Juez la interpretación final del suceso y sancionarlo, si corresponde, conforme a Derecho. Tengo la sensación de que en la situación concreta que nos ocupa los árbitros, como con los pasos de principio de temporada, no terminan de compartir ese criterio. Viene a ser lo mismo que los pasos de los jugadores de la selección de los Estados Unidos cuando juegan contra España, no se pitan por consigna. Pérez Pérez a punto estuvo de saltárselo. Literalidad que protege contra espiritualidad que no lo hace. La linea de tiro libre, la delgada linea blanca, no está recibiendo la protección que merece por parte del encargado de hacerlo.

Autor: Quique Chust
@quiquechust

lunes, 10 de junio de 2013

LA DELGADA LÍNEA GRIS


Reloj de posesión del Pabellón de la Fuente de San Luis

Siglo XXI, en plena era de la tecnología, Dios parece querer seguir dando de comer a todo aquél que no tenga dientes. TVE, poseedora de los derechos televisivos de la Liga ACB sin contraprestación económica a cambio, vuelve a hacer de las suyas y a tratar la competición de acuerdo a lo que le cuesta. Tratamiento cero. Los dos últimos domingos han sucedido hechos susceptibles de debate, con el FC Barcelona de por medio en general y Víctor Sada en particular. Los medios técnicos disponibles y las ganas, o mejor dicho, la falta de ganas de hacer bien el trabajo han dejado claro hasta al más escéptico que a TVE la Liga ACB le interesa lo mismo que a mí me importa si hoy hará buen tiempo en la Guayana Francesa.

 Esa ausencia de pruebas gráficas para apoyar los argumentos derivan en situaciones más o menos esperpénticas que terminan por ubicar a cada cuál en el lugar que le corresponde. Si bien hace 8 días desde medios de Barcelona se daba la consideración de error humano al posible error arbitral que beneficiaba al club que les da de comer, ayer la cosa cambió. Lo de ayer fue premeditado, alevoso y diurno. Los asesinos de Kennedy andaban sueltos por Madrid. Ahora a esperar que la discrepancia cambie de acera, que lo hará, y a seguir inflando el globo hasta que reviente 

 No voy a entrar a valorar si me parece bien o mal la actuación arbitral. Después de ambos partidos dije vía twitter lo que me parecía y ayer, encima, a Piti Hurtado y su vídeo no se les ocurre otra cosa que demostrar que no me había enterado de nada. La cosa por mi parte ahí se queda. Arbitrar es jodido no, lo siguiente, y lo digo con conocimiento de causa. No hice la mili, ni falta que me hizo, maduré con un silbato en la boca. Tuve dirigentes de todos los colores, malos, regulares e incluso buenos. Con algunos discrepé, pero con ninguno me sentí traicionado como me hubiera pasado de haber sido el árbitro (o Juez de Mesa) de cualquiera de los dos últimos partidos del Barcelona. El Director de Arbitraje, ignoro empujado por qué fuerzas, cruzó una línea que jamás debió cruzar. No contento con ello hoy lo ha vuelto a hacer.

 La semana pasada apareció en Radio Marca aparentemente para explicar el funcionamiento del reloj de 24 segundos. Hasta ahí nada que objetar. Habló contradiciéndose sobre el funcionamiento del aparato. Primero explicó mal la regla y luego dio otra explicación que se acercaba más a la realidad. Inocentemente el periodista le preguntó por la jugada de marras del Barcelona – Gran Canaria y el Director de Arbitraje, con la alcachofa delante, trató de explicarla. No podía dar crédito a lo que estaba oyendo. Ni José Plaza, legendario dirigente arbitral en fútbol, ni Angel Sancha en baloncesto habrían incurrido en un desliz de tal magnitud. 

 Tampoco voy a ir más allá con sus declaraciones, no es el tema. El tema, aplicable a cualquier ámbito laboral, es que un jefe opinó públicamente del trabajo de sus subordinados. Y menos mal que el periodista no estuvo muy hábil y no aprovechó la incontenible locuacidad del dirigente. Podía haber ardido Troya. Estuvo cobarde, disculpando al árbitro principal y dejando la puerta abierta a un error del operador de 24 segundos. Es como si el dueño de una emisora de radio sale al día siguiente en un medio diciendo que el programa de la noche anterior ha sido flojo pero que la culpa no la tiene el presentador sino el becario que le ha escrito el guión.

 La cosa empeora con cada considerando. El Director de Arbitraje es un cargo político. No tiene bagaje arbitral alguno. Es un ejecutivo con experiencia en despachos de entidades deportivas de nivel. Daba pena oírle explicar el tema de los 24 segundos, un aparato con su complejidad que dudo que haya manejado en su vida en ningún partido oficial. Según él, los árbitros estuvieron perfectos, quizá la mesa fue la que se equivocó. Hoy lo ha vuelto a hacer. Ha dicho que el arbitraje de ayer fue perfecto al 99'9 %. Ahora me pregunto, cuando las imágenes dejen mal a los árbitros ¿qué hará?, ¿se esconderá y no hablará?, ¿dirá que han estado mal?, ¿La mesa?, ¿los micrófonos?. Los lunes del Presidente en versión Departamento Arbitral

No reproduciré ninguno de los inputs que me llegaron desde el Ebro sobre su persona. Dejó una huella imborrable en el CAI Zaragoza, me quedó claro. En varias federaciones territoriales los anotadores le hicieron el árbol genealógico. En reuniones técnicas de árbitros se puso como ejemplo de cómo no debe actuar un dirigente. Sus subordinados, algunos, están “contentos” con su aparición en la radio. Se ha cruzado la línea que separa la corbata del uniforme gris. Lo terrible del asunto es que, una vez cruzada, no hay vuelta atrás.

Autor: Quique Chust
Twitter: @quiquechust