Esta
vez, plantarme delante del teclado y tratar de plasmar con un mínimo
de coherencia los sentimientos encontrados que nuestro baloncesto
olímpico ha producido en mí, resulta del todo imposible. Sé que,
por mucho que repase el texto antes de enviárselo al fontanero
murciano que me ha metido aquí, no será del todo de mi agrado y la
voz me dirá aquéllo de “aquí te has pasado tres pueblos” o “le
podías haber sacudido más”. El que me conozca sabrá de sobra que
la primera frase la escucharé bastante más que la segunda...
Mis
entradas en este blog son justamente éso, entradas. Respeto
demasiado la profesión periodística, con o sin título académico
que la respalde, como para llamar artículos a mis escritos. Y ese
respeto y prudencial distanciamiento con el periodismo a la hora de
escribir, debe tratar de ser convertido en ventaja a mi favor ya que
ante nadie he de responder. Ni es mi medio de vida, ni tengo “linea
editorial” alguna de la que no salirme. Digo lo que mejor proveen
mis entendederas. Acaso molestar a más de un follower tuitero que
termina por dejarme de lado, a los cuales dicho sea de paso, razones
no les faltan. Me da igual, no es el camino políticamente correcto
el que me gusta recorrer y el que me sigue hace tiempo que lo sabe.
Twitter
es una arma de desigual calibre según en qué manos caiga. En las
mías es un juguete divertido, que te permite sacar la neurona a
pasear con el riesgo que ello conlleva, que decida disfrutar su
libertad y abandonarme para siempre cansada de mí, sin pensar que no
tengo otra. Como premio al buen uso, consigues acceso a gente como
tú, la mayoría menos insanos, y a personas importantes dentro del
mundillo en el que te gusta husmear, e incluso a veces, esta gente
conocida deja de ser virtual por un tiempo y consigues disfrutar de
una buena conversación face to face acompañada de unos no menos
buenos pelotazos. Siempre agradecido, Oscar.
En
otras manos pasa a ser como la mejor prenda del armario de aquél que
lo usa. Algo así como el mejor suit
& tie
del usuario. Un uso que deviene en uso profesional de la herramienta,
y en esa NBA del Twitter hay álguien que destaca muy por encima del
resto, Don José Luís Sáez, presidente de la Federacion Española
de Baloncesto, o mejor dicho @JLSaezR para los no iniciados.
Quien
no haya leído nunca aquello de “Buenos Días, al trabajo con
alegría” es que no sigue el baloncesto en Twitter. Sáez puede ser
muchas cosas, pero si de algo estoy seguro es que de tonto no tiene
nada. Él es el mejor escaparate para vender el producto federativo,
avalado por los extraordinarios resultados obtenidos a nivel de
selecciones. Sáez es la marca FEB. Así de claro, el emblema de la
empresa. La defiende, la sabe promocionar, conoce su valor... y el
que puede llegar a tener. Pero no es solo en la seguridad del
despacho donde se desenvuelve, no. No le hace ascos a una buena
batalla dialéctica sea cual sea el interlocutor, seguro saldrá
ganador. Cual fue mi sorpresa cuando un día entre semana, a las
tantas de la madrugada, tuiteó algo, le saludé y estuvimos un buen
rato cambiando impresiones y hablando en tono desenfadado de temas
diversos. Gran conversador y bético. No sé en qué orden. Y, algo
que siempre me sorprendió, uno de mis primeros seguidores en
Twitter. Sea como sea, me tiene ganado. No tengo ni idea de si es o
no un buen presidente a nivel de gestión interna. No es mi tema. Ya
hace más de una década que dejé de pertenecer al mundo federativo
y no es algo que eche de menos, precisamente. Los federados y prensa
deben ser los que valoren a Sáez como presidente. A mí me parece un
tipo que domina como nadie los entornos periodístico y político.
Algo tremendamente difícil y que yo le valoro. Cuenta pues con mi
respeto, admiración y, por qué no, con mi cariño. Lo cual no quita
que si considero que debo criticarle alguna vez, no me preocupa
hacerlo, ya he comentado antes la ventaja de no vivir de ningún
medio de comunicación.
Estos
JJOO recién concluídos, debían ser la apoteosis final de la
irrepetible generación española del 80 y así ha sido. Murieron en
la orilla, pero morir así debe ser lo que se dice una muerte dulce.
El inaccesible equipo americano, por momentos vio escurrirse entre
los dedos esa medalla de Oro con la que ya llegaron a Londres. Por
mucho que los americanos vinieran avisados desde Beijing, no
esperaban nada parecido. Ni siquiera el más arroncerado de los
españoles con un conocimiento mínimo de este deporte, podía
esperar un desenlace semejante. España, su baloncesto, ha entrado en
la Historia.
La
pregunta es: ¿Mereció la pena la forma de llegar ahí?. Para mí,
no. Así, seco, rotundo... NO, ni de coña. La desaceleración
consciente ante GBR, pase. A estas alturas ya sabemos que en todos
los torneos hay al menos una de esas. La desidia ante RUS,
injustificable y lo de BRA, consecuencia de lo anterior. La mayor
vergüenza que he visto en el deporte español en los últimos
tiempos. Ya no fue cosa de un “quiero y no puedo”, fue más bien
“no me da la real gana”. Un Bronce hubiese sido muy digno, pero
el guión ya estaba escrito y en él se podía leer que el color de
la medalla era Plata.
Mucho
se ha escrito y alguna cabeza ha rodado. Ahí está el tema Terra vs.
@elcapitaenciam, que puede servir de ejemplo. Parece que este equipo
está por encima del bien y del mal. Que los resultados lo tapan
todo, cuando lo que hacen es llenar la alfombra de bultos. Que el
entrenador pim o pam, pues sí. Aún recuerdo las primeras
declaraciones de Scariolo al concluir su último partido contra Mens
Sana en la Lega: “Desde mañana empiezo a planificar la temporada
que viene”. Más claro, agua. Poco es lo que pinta la figura del
entrenador en el equipo nacional español. Tampoco nos rasguemos las
vestiduras por ello. Ejemplos hay, sobre todo en fútbol, de
vestuarios descabezados que se autogestionan y consiguen títiulos,
la Dinamarca de la Euro 92 o la Holanda de la Euro 88. Esos dos
equipos tienen algo en común con el nuestro, jugadores buenos y con
cabeza, que no necesitan un “héroe de la pizarra” para
desarrollar todo el potencial que llevan dentro. A la forma de
autogestión de nuestro combinado nacional se le ha llamado “el
clan de la Pocha” copyright @elcapitaenciam. La cosa tiene miga,
porque en mi entorno personal, desde el europeo de Madrid los bauticé
como “la hermandad de la Pocha”. Y digo lo de miga, porque desde
prismas diferentes se obtienen conclusiones muy parecidas.
Acepto
la autogestión como manera de funcionar del grupo, pero supervisada
si no por el entrenador, sí entonces por el presidente. Dicho de
otro modo, Sáez no debió consentir lo de Rusia, avisado como estaba
de la bajada de brazos general percibida dos días antes contra el
anfitrión. No hay nadie que pueda estar por encima del bien y del
mal, ni siquiera este equipo. Lo de Brasil, visto más en frío, ya
poco importa. No se salió a perder, fue Brasil el que parecía tirar
el partido. Pero cuando vio la indolencia española se creció.
Igualó, remontó y ganó. Como quiso y cuando quiso. Sí me toca la
moral que salgan jugadores antes del partido, Rudy y Calderón,
pidiendo el apoyo de la afición que el partido es importantísimo,
que si bla, bla y cien veces bla, sabiendo que no van a competir. Y
ya para colmo, en el Telediario de las 3 de la tarde de TVE al día
siguiente, aparezca una breve entrevista a Pau en el vestuario
diciendo con toda la cara dura que “nos hemos vaciado, el equipo lo
ha dado todo...”, lo mejor la cara de Ibaka en segundo plano como
diciendo “a mí ni siquiera me han repartido cartas”. Y Sáez,
amenazando en Twitter con cerrar su cuenta por las críticas. No,
hombre, no. Insultos ni uno. Pero críticas, todas. Más aún en su
caso, usuario activo de Twitter. Y llamar cucarachas a los muy
críticos, tampoco. Sobraba. No supo encajar los golpes él, uno de
los mejores encajadores.
¿La
final?, se jugó. No la ví, no fui capaz. Un arròs a banda y una
sobremesa podrían haber tenido la culpa. En realidad fueron la
excusa que necesitaba para escabullirme y no vibrar con lo que iban a
hacer los que me habían estafado unos días antes. Pero ello no me
impidió sacar la cara por mi equipo en Twitter esa misma noche,
cuando uno de los gurús americanos empezó a poner en entredicho la
nacionalización de Ibaka. Con un tuit le cerré la boca. Ahí está
mi TL del domingo de madrugada para aquél que quiera verlo.
Con
estos temas hoy día hay que ser más serios. Para mentiras ya están
los políticos. Para malas noticias cualquier telediario. La gente
tiene pocas ocasiones para creer en algo y esta era una de esas
veces. Una derrota ante Rusia así como se produjo es una mala
noticia. Lo de Brasil es directamente una tomadura de pelo. Y lo es
porque este equipo no genera ninguna duda. Nadie debe dudar de ellos
porque se sabe de lo que son capaces... y cuando han querido, se lo
han demostrado al mundo entero.
@quiquechust
Sensacional reflexión!! enhorabuena por el blog!!
ResponderEliminarEstoy contigo la herramienta twitter es una pasada. Muchos ilustres como G.Vazquez o el propio Genaro Diaz de la selección se han prestado a intercambiar comentarios conmigo. Otros muchos no lo hacen, una lástima...
Totalmente de acuerdo contigo Quique,yo llevo muchos años viendo baloncesto y deporte en general y aquel día el amor propio de cada uno de los jugadores que salio a la canche se fue a otro mundo.La apatia,pasotismo y conformismo ante la mediocridad no dando ni la mitad de lo que tiene cada uno me parecio indigno de este equipo.Calderon dijo que estaba muy dolido por los comentarios que estaba oyendo y leyendo a traves de Twitter,pues ya eran muchos años de decidacion a la seleccion y que se dudara de ellos le parecia increible;Pues por eso mismo Calderon,por esos años que llevamos viendoos ganar titulos,dandolo todo,dejandoos vuestra alma en cada partido con orgullo y la cabeza bien alta por eso mismo,los que os seguimos en cada torneo ya sea desde donde sea,tambien un poco os conocemos y sabemos que aquel día aflojasteis la piernas y vuestro amor propio para dejaros perder descaradamente y asi llevarnos esa Plata, que para mi nunca sera la mejor Plata que hayamos conseguido y consigamos en un futuro.Gran articulo Quique,enhorabuena.
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