Que actualmente Kevin Love es uno de los mejores interiores de la liga no lo puede negar nadie, pero el juego de la estrella de los Wolves ha ido sufriendo una transformación y se ha vuelto un tirador excelente y sus recursos ofensivos aumentan día a día, todo unido a la lucha que tanto le caracteriza.
Su seña de identidad es la lucha en el rebote, un constante trabajo en la zona que causa mucho daño en las defensas rivales sobre todo con el rebote ofensivo que le permite anotar y generar muchas posesiones para su equipo.
Kevin se formó como jugador en la universidad de UCLA, logró buenos partidos y fue reconocido como novato del año, además trató frecuentemente con grandes sabios del basket como John Wooden o Bill Walton.
En 2008 abandonó UCLA y se apuntó al Draft donde las previsiones le colocaban en los puestos cabeceros y no decepcionó, ya que fue elegido en el puesto nº 5 por los Memphis Grizzlies. Esa misma noche les traspasaron a los Wolves a cambio de O.J Mayo, seguramente todavía se arrepientan en Memphis de haber dejado ir a Love que con Marc Gasol formaría una pareja interior imparable.
Pronto comenzó a destacar en unos Wolves que tenían una de las peores plantillas de la liga, sus dobles – dobles ya fueron constantes en su primer año, logró 29 en toda la campaña. Fue incluido en el segundo quinteto de los rookies pese a sus buenos números, situaron a su actual compañero Michael Beasley por delante de Kevin como mejor ala – pívot.
Su segunda temporada siguió una evolución en su juego, logró dobles figuras como media y fue adquiriendo recursos pese a que los Wolves seguían con un equipo algo pésimo y no eran capaces de ganar apenas partidos.
La temporada 2010-11 fue la de la consagración de Love, comenzó a dominar la pintura, el doble-doble era lo normal en Kevin, en ataque comenzó a lanzar más triples y logró unos buenos porcentajes de 3.
Probablemente el mejor partido de su carrera o uno de uno de los mejores fue la gesta que logró el 12 de noviembre de 2010, Love consiguió 31 puntos y 31 rebotes. Sus 31 rebotes establecieron un récord de franquicia de los Timberwolves y también la mayor cantidad para un jugador en la NBA desde que Charles Barkley cogió 33 en un partido en 1996. El último jugador en anotar al menos 30 puntos y capturar por lo menos 30 rebotes en un solo encuentro fue Moses Malone (38 puntos y 32 rebotes) en 1982. Love se convirtió en el 19º jugador en la historia de la NBA en tener un partido de 30-30.
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"Porque todos los jugones sonríen igual". Andrés Montes
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Esa temporada logró la barbaridad de conseguir 53 dobles-dobles consecutivos, igualando el récord de Moses Malone pero se quedó a dos del récord que tiene Elvin Hayes, que logró 55 dobles-dobles consecutivos en la temporada 1973-74.
En la actual campaña los Wolves han sufrido una gran mejora de la mano de jugadores como Ricky Rubio, Derrick Williams… Esta mejora también se ha notado en el rendimiento de Kevin que actúa como estrella, su entendimiento con Ricky es notable y gracias a eso logra bastante canastas con mayor facilidad.
Kevin ha ampliado su cantidad de tiros de 3 notablemente, sus porcentajes son buenos y ha logrado algún buzzer-beater con esta faceta. Además en el All-Star mostró que es un gran tirador logrando la victoria en el concurso de triples en una igualada final con Kevin Durant.
Para finalizar os diré el porqué de mi título, a mí y a mi hermano nos gusta llamar a Kevin Love, “Felipe Love”, por su manera de luchar en el rebote que me recuerda a Felipe Reyes.
Excelente análisis. El mejor ejemplo de estrella hecho a sí mismo, con cierto talento innato el trabajo le ha llevado a lo más alto... y lo mejor está por venir aún. Grande el GM de Memphis, con esta operación del draft y la de Thabeet merece reconocimiento por parte de sus rivales.
ResponderEliminarP.D. La segunda foto es la celebración del triple sobre la bocina en casa de los Clippers.