sábado, 2 de febrero de 2013

TOMAS JOFRESA: THE FRESH PRINCE OF BADALONA




Quería seguir incidiendo de nuevo en una ciudad barcelonesa donde se ama sobre todas las modalidades el deporte de la pelota naranja y es la más importante en referencia a la cantera baloncestística de nuestro país, el equipo al que me refiero es el Club Joventut y la urbe es Badalona, como reseñe en el anterior post publicado en este gran blog sobre Raúl López, me sorprende la facilidad que tiene la Penya para sacar bases de gran nivel desde el mítico Nino Buscató, a los hermanos Jofresa, Rafael y Tomás, José Antonio Montero, Iván Corrales, el propio López, Ricky Rubio o Josep Franch.
Hoy quiero fijarme dentro de este gran grupo de bases en Tomás “Tommy” Jofresa Prats hijo (su padre José María llegó a jugar varios años en la extinta Liga Nacional de baloncesto) y hermano de baloncestista (Rafael uno de los mejores bases de la historia del basket patrio) de ahí su sempiterno sobrenombre “el menor de los Jofresa”, Tommy desarrollo la mayor parte de su carrera en la Penya, ganó dos Ligas, una Copa Korac, sufrió en sus carnes el increíble e inverosímil triple de Sasa Djordjevic para dos años después resarcirse y conseguir la ansiada Copa de Europa ya con Zeljko Obradovic al timón de la nave verdinegra, hasta que en la temporada 95-96 cuando al contar con 26 años de edad pasó a formar parte del nuevo rico de aquella época el Unicaja de Málaga, que reclutó a Tommy, a Alfonso Reyes en el cenit de su juego, Kenny Miller, tenían un gran equipo los malaguistas en esos años, que ya empezaba a hacer sombra a los tres grandes Real Madrid, F.C. Barcelona y el Joventut de Badalona, dos años en la capital de la costa del Sol, para luego irse a Treviso una temporada, retornar a España y jugar en Gijón y Girona para retirarse con 33 años en la temporada 2002-2003 que repartió entre Grecia y Portugal.

                                  

Me quería centrar en una parte del juego de Tomás, que era un correcto tirador, un buen asistente, llegó a promediar alguna temporada dos asistencias (en esos años se contabilizaba de otra manera los pases de canasta) pero lo que llamó la atención a la chavalada de la época era la capacidad de salto de Tommy era un base blanco con piernas de negro, unos de los primeros bases españoles que con su altura (recordemos que medía 1,84 metros) que mataba el aro, muchos recordarán su concurso de mates en la temporada 1990-1991 del All Star que se celebrón en Zaragoza en el que bueno de Tommy se presentó y yo en particular le recuerdo su tupé, muy de moda entonces, a lo Will Smith en el Principe de Bel-Air, su descaró en la pista y si tenía la situación precisa su forma de encarar el aro con la fuerza y la decisión propias de un jugador de playground estadounidense para hundirla con fuerza para abajo.
A principio de los 90 “el menor de los Jofresa” metió un plus físico a la definición de basket español, que luego han completado otros como Calderón o actualmente Sergio Llull, porque aunque “no crecía y vivía al Oeste de Philadelphia”, Tommy demostró que los blancos sí que tenían piernas y las sabían meter para abajo.

Este es mi particular homenaje a un base que se me quedó en la retina por su potencia física, su desparpajo y desenvoltura a la hora de jugar en una cancha de baloncesto y recuerden la vida puede ser maravillosa y con baloncesto hay más posibilidades de que lo sea. 

Autor: Andrés Jiménez Núñez
@Andrs13



2 comentarios:

  1. Me ha encantado tu publicación!
    Me encantaba, y me encanta! un jugador excepcional! Grande Tomi!

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  2. Unos recuerdos de una época genial llenas de craks como Tomás, desde luego no se podrá olvidar tanta calidad.
    Un saludo.

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