Les
propongo hacer un viaje a en el espacio y en el tiempo,
geográficamente nos vamos a USA al Norte del estado de Florida
concretamente al estado de Georgia y centrándonos en su capital
Atlanta, una ciudad de más de medio millón de habitantes que desde
hace 45 años alberga a los Hawks equipo que acogió desde su equipo
desde su antigua sede en San Luis, temporalmente les quiero llevar a
la temporada 1995-1996, año que en el que se produce la explosión
de unos de mis jugadores preferidos estando a las ordenes de unos de
los entrenadores más longevos de la historia de la NBA el gran Lenny
Wilkens, el jugador en cuestión es Steve Smith.
Leonard
(Lenny) Randolph Wilkens se presentó en la Liga en 1960 como jugador
permaneciendo hasta 2005 momento de su retiro, como jugador
desarrollo gran parte de su carrera en los Hawks pero en San Luis,
fue elegido entre los 50 jugadores destacados de la historia,
galardón que repitió esta vez como unos de los diez mejores
entrenadores de la historia en el año 1996 (cumplía medio siglo la
NBA), dicen las crónicas que era un gran base asistente y anotador,
como curiosidad citar que durante tres años en Seattle y una
temporada en Portland fue entrenador-jugador.
Inicia
su recorrido como coach nada más retirarse en 1975 sumando una
temporada más en el estado de Oregon, luego un gran paréntesis de
una década para volver en la temporada 1986-1987 a los Cavaliers de
Mark Price, Larry Nance y Daugherty, unos Cavs que sufrieron las
embestidas del gran Michael Jordan personificado ese martirio en
Craig Ehlo, en Cleveland estuvo hasta el año 1993 para pasar a los
Hawks punto donde quiero parar el recorrido por la vida profesional
de este hombre que nos daría para varios folios, aquí en la
temporada 1994-1995 llega al equipo un jugador clave.
Steven
Delano Smith, jugador de 2,03 metros, nacido el 31 de marzo de 1969
en Highland Park,
Míchigan (USA) que se formó como jugador en la prestigiosa
Universidad de Míchigan State de la cual es máximo anotador,
fue elegido en el draft de 1991 por Miami Heat en la quinta posición,
detrás de jugadores como Larry Johnson, Kenny Anderson, Billy Owens
y Dikembe Mutombo, no siendo Owens los demás con exitosas carreras
en la Liga, hasta aquí son todos datos, datos y más datos, empiezo
con mi particular análisis.
¿Qué
le pasó a Steve estos primero años? Algo tan sencillo como que te
cuelguen un sambenito, jugador de más de dos metros que sabe botar
el balón y es rápido pues el nuevo Magic Johnson y eso, en mi
modesta opinión, lastró su carrera en una nueva franquicia como
eran los Heat, aunque no jugó mal del todo de hecho Smith fue
elegido en el segundo Dream Team, pero la franquicia de Florida
decidió dar un cambio de rumbo y le traspasaron a Atlanta. El 07/11/94 se produce el trade Hawks y Heats, Kevin Willis y una 1ª ronda de 1996 a cambio de Steve Smith, Grant Long y una 2ª ronda de 1996.
Ya
en los Hawks en una primera temporada promedió más de 16 puntos y
bajaba su media de asistencias respecto a su etapa en Miami, debido a
que el bueno de Lenny le hizó olvidarse de su labor de base y
centrarle en la de escolta para hacerle unos de los mejores de la NBA
durante varias temporadas, era un anotador aceptable, un gran pasador
(recordando su etapa de nuevo Magic), un jugador que aportaba en casi
todos los aspectos estadísticos y sobre todo un tipo al que no le
temblaba el pulso en los minutos finales de partido, después su
carrera continuaría por otras franquicias en Blazers en aquella
superplantilla que no podía con los Lakers de Phil o en San Antonio
donde alcanzaría el anillo en 2003, pero nunca sería el jugador de
Atlanta al lado del abuelo Wilkens.
A
modo de anécdota, creo que la situación que vivió Steve estos años
se repetiría años después con Jalen Rose, que hasta que no llegó
a Indiana y Larry Bird le colocó de alero nos explotó bien sus
condiciones.
En
definitiva, Steve Smith no era una gran superestrella de la NBA pero
era un gran jugador de un equipo que se metía en playoff con
regularidad, un jugador elegante y muy completo al que modestamente
creo que el bueno y pausado de Lenny Wilkens le encontró su sitio
entre las estrellas y todo ello adornado por, según cuentan, su
comportamiento tanto en la pista como fuera de ella era ejemplar como
demuestra que creará un fondo para becar a chicos de barrios
marginales para ir a su Universidad de Míchigan State, en definitiva
lo que se denominaría un yerno perfecto.
Este
es mi homenaje a un entrenador de los de toda la vida, esos hombres
que intentaban sacar lo mejor de sus chicos y en este caso
concretamente se logró, Lenny y Steve, escenario Atlanta, estado de
Georgia en el profundo Sur, con una armónica sonando de fondo.
Y
recuerden, la vida puede ser maravillosa y con baloncesto hay más
posibilidades de que lo sea.
Autor: Andrés J. Núñez
@Andrs13
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