lunes, 11 de febrero de 2013

RESACA COPERA



                                   

Terminada la Copa ACB, curso baloncestístico 2012-2013, llega el momento de las conclusiones. La principal es que éste nuestro deporte permanece alive and kicking, de hecho hasta podría decirse que el nivel visto en cuanto a juego ha sido bastante superior al que por regla general se nos tenía acostumbrados en los últimos tiempos. Xavi Pascual, paradigma del pizarrismo sobre cualquier otro factor, ha logrado sacar de su pizarra un baloncesto por momentos espectacular con más mérito si cabe debido a la poca y justificada capacidad de aportación de su explosivo actor principal.

Valencia llegaba como favorito a la par con Bilbao para alcanzar el techo por su lado del cuadro y cumplió. Gran Canaria desalojó por la fuerza a los chicos de Gorka y en semis, un cóctel del desgaste en cuartos removido, no agitado con la asfixiante defensa valenciana, dejaba una final tan mediterránea como inédita para la tarde del domingo.

Hasta el descanso el partido final tuvo mucha historia. Un Valencia venido arriba físicamente lograba contener al monstruo y llevarlo al límite. Pero a la vuelta de vestuarios sucedió lo de siempre, la desconexión naranja. Es un mal que afecta a este equipo desde hace tiempo y que habrá que empezar a identificar como marca de la casa. Da igual qué entrenador esté o qué jugadores compongan el roster, esta circunstancia parece estar por encima de todos ellos. Tan solo en alguna ocasión a Pesic no se le apareció este fantasma, o sus métodos le metieron el miedo debajo de la sábana, vaya usted a saber...

La facilidad de dispersión de esta plantilla queda muchas veces en un segundo plano por la gran calidad de sus componentes, que termina por compensar sobradamente esos cinco minutos de ausencias que en la mayoría de ocasiones tienen lugar coincidiendo con el regreso a pista tras el descanso. El problema viene cuando la calidad no es suficiente porque el de enfrente va con un nivel igual o mayor que el tuyo, bien técnico como ayer o bien físico como la última salida a la República Checa. Circunstancia que convierte la salida a Riga en fundamental para conseguir el objetivo, que no es otro que okupar la Casa Bertomeu al menos la temporada que viene. Una casa donde no se saben bienvenidos.

Para llegar ahí hay que solucionar varias cosas, compensar plantilla, centrarla y hacer un exhaustivo trabajo de preparación mental para evitar conjurar innecesariamente al Espíritu de los Descansos Futuros. Para compensarla hace falta un alero tirador, SF, aspecto sobre el que Toni Muedra, secretario técnico del club, me consta está trabajando a destajo. El era partidario de mantener a Brad Newley en plantilla. No se le hizo caso y desde el club se apostó por Marko Keselj. Apuesta que no salió bien. Cierto sector crítico en Valencia ha defendido siempre la teoría de que el club no quería traer treses de gran nivel para no ensombrecer a Víctor Claver. Ya no importa, Víctor es pasado. Gelabale un buen parche que fue bonito mientras duró. Ahora quedan Pietrus, que es un cuatro y Kelati, que es un dos para parchear una posición que a fecha de hoy está huérfana.

                         

Capítulo aparte para Kelati. Junto con Rafa Martínez puede formar la mejor pareja de escoltas defensivos de toda Europa. Juntos en cancha han protagonizado auténticas exhibiciones de trabajo atrás. Relevándose, su par estaba muerto. Hoy no se puede decir lo mismo. Rafa no termina de recuperar ese punto físico de más que le hacía marcar diferencias siendo técnicamente inferior a la mayoría de escoltas de élite. Confío en que lo haga, por él no va a quedar. Es el capitán y rara vez deja de justificar esos galones. El eritreo es otra cuestión. Es un tío que necesita confianza para desarrollar su ataque. No la tuvo en Málaga pero dejó destellos de lo que era capaz de hacer. Aquí, antes de irse a Rusia, demostró ser mucho más que un tirador. Se destapó con un repertorio de penetraciones y recursos inéditos en Málaga, me da que no por culpa suya, y una capacidad física atrás que le permitía jugar de tres sin apenas dificultad. Se marchó al Khimki con un gran contrato y un pasaporte comunitario debajo del brazo. Volvió esta temporada. Cuando empezaba a entrar en dinámica, la lesión. Se recuperó bien. Pero cuando empezaba a jugar como siempre, llegó la oferta del Barcelona. Es de entender que Valencia no diera facilidades para negociar. No podía permitirse desprenderse del jugador y, a diferencia de Baskonia, tiene a quién recurrir en caso de necesidad económica. Por dinero no iba a salir y no salió. No sé hasta qué punto tendrá que ver el traspaso frustrado, pero es un hecho que coincidiendo en el tiempo con la frustrada operación, Kelati ha pegado un bajón digno de estudio. En esta Copa no ha jugado suelto en ataque en ningún momento y lo que me resulta más complicado de digerir, en defensa no ha sido capaz de sujetar a nadie. Bases, escoltas y aleros contrarios se iban de él cuando les daba la gana. Por momentos ha sido sonrojante, dejando el -7 de valoración en la final como un simple dato anecdótico. Fichen o no a otro alero, a Kelati hay que recuperarlo para la causa. Ni siquiera Valencia Basket puede permitirse que la cosa siga así. De no haberse producido la oferta catalana, no tendría ninguna duda sobre el jugador, pero es tan coincidente... Por el bien del Valencia Basket espero que el jugador afectado no llegue nunca a enterarse del interés real manifestado por el mismo club hace poco más de una semana y que no ha trascendido en prensa. De mi boca nada saldrá.

                                     



                             

@quiquechust

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