miércoles, 9 de mayo de 2012

El baloncesto como religión. El Playground. La mejor pareja de la historia



En está nueva entrega del basket de asfalto repasaremos la historia de una de las parejas más portentosas en la historia del baloncesto, la que fue la mejor pareja en la historia del Playground. Joe Hammond y Richard `Pee Wee´ Kirkland. Dos grandísimos jugadores de baloncesto de los que realmente no se puede discernir cual de los dos es mejor. Mucho antes de que Michael Jordan y Scottie Pippen demostrarán que 2 jugadores podían contra 5, Hammond y Kirkland estaban aburridos ya de demostrarlo.
Joe Hammond
                                                           
Richard "Pee Wee" Kirkland
                                                        
El destino, la suerte o quizás una conjuración de astros hizo posible que en un mismo barrio, Harlem, dentro de una misma ciudad, Nueva York, en un mismo vecindario, el nº124, se juntarán tal cantidad de talentos. Ya no hablo solo de está pareja, sino de otros muchos que también dejaron su impronta en el Playground. Pero lo que nos atañe es la pareja más versátil, dura y peligrosa que cualquiera logra recordar dentro de aquel barrio. No solo en el plano puramente deportivo, más allá de eso, ambos se convirtieron en dos de los narcos más importantes de varias manzanas a la redonda, incluyendo el duro barrio de Harlem.

Antes de que les llegará a ambos la gloria, en 1968 Kirkland se proclamaba campeón de CIAA, convirtiéndose este mismo en el máximo anotador a nivel nacional. ¡Ya es decir poco! En Sport Ilústrated decían de Kirkland que no solo era el jugador más rápido del país de su categoría, sino que probablemente rivalizaba con cualquier jugador que hubiera pisado una cancha de baloncesto. Era una cosa brutal, un anotador compulsivo capaz de destrozar una y otra vez cualquier defensa. Kirkland fue uno de los más grandes jugadores anónimos de todos los tiempos, creador del `crossover-dibble´ un gesto técnico solo comparado con el que Maravich hizo con el 'behind-the-back-dribble' o Monroe con el 'shake-and-bake'. Innovaciones puras. Gestos de una habilidad extrema y de una calidad sublime. Después de esa victoria, con Norfolk State, accedió al draft vía Hardshift. Así en 1969 acabo en la decepcionante posición 172, una aberración, otra más con un jugador negro del `Guetto´. Nadie se fiaba de aquellos jugadores aunque como ocurriera con Lewis o ahora con Kirkland no habría más de 10 jugadores capaces de superarles deportivamente. Aún así, Kirkland estuvo en el campus de verano de los Bulls, equipo que lo escogería, allí demostró su clase y los Bulls extasiados al ver semejante jugador no dudaron en ofrecerle un contrato de 40,000$ al año. Todo un dineral para un novato escogido en décimo tercera ronda.

A Hammond le ocurrió lo mismo que a Kirkland. Era 1971. Los Lakers habían sido barridos en las finales de la NBA por los Bucks de Robertson y Jabbar, entonces Bill Sharman se acordó de un jugador del que le habían hablado, decían de él que era imparable. No les faltaba razón. Aquel tipo era Joe Hammond. Era ya conocido como `The Destroyer´ y decían de él que fue capaz de anotar 50 puntos en solo media parte. Para dar más énfasis a su proeza, decir, que fueron enfrente al gran Julius Erving, en lo que aún se recuerda como el partido más grande que se haya jugado nunca en las calles. Aquel partido le elevo a los altares de la calle, era el rey. La gente le idolatraba, y él un bravucón y vacilón como no haya existido otro, era feliz con toda aquella parafernalia. Junto a Kirkland formaron aquel mítico equipo, los Milbanks un equipo de hermanos negros de la barriada de Harlem. Así fue como Joe Hammond se convirtió en el jefe de todo aquel barrio, y el sobrenombre de ´The Destroyer´ se lo gano a pulso, era capaz de destrozar al defensor que tuviera enfrente, por aquel entonces y aún pleno de facultades no había jugador en las calles, en la ABA o en la NBA que pudiera parar aquel prodigio del basket. Pero volvamos a 1971, Sharman retuvo a los Lakers un día entero en NY para poder establecer conversaciones con Hammond. Su propuesta fueron 50,000$ al año, un coche y una casa en Los Ángeles.

Llegados a este punto llega el gran momento de ambos, la oferta de los Bulls por Kirkland en el 69 y la de los Lakers por Hammond en el 71. Su respuesta, simplemente no hubo. Pasaron del tema. Rechazaron las dos ofertas, y la de Hammond era una de las cifras más altas que se le habían ofrecido a un novato. Por un motivo simple, ganaban más dinero como narcotraficantes del que les pudieran pagar en la NBA. Así terminaron sus carreras, simple y llanamente. Hay que decir, que ambos ya eran los jefes de una de las mayores redes de narcotráfico de todo Harlem. Y que probablemente ese dinero que les ofrecían lo consiguieran en un par de meses, o incluso en menos tiempo.

Aún así, a ambos les dio tiempo de seguir demostrando a partes iguales tanto su innegable talento como su cabeza loca. Y de esta manera, tras un chivatazo Kirkland fue arrestado por narcotráfico. Según el mismo dijo, le arrestaron un día antes de realizar una prueba para los Knicks a petición expresa del gran “Red” Holzman. Durante los interrogatorios no dijo nada, ni delato a nadie, dejando a Hammond como señor y dueño de todo aquello. Fueron 11 duros años los que pasó en la cárcel, pero allí lograría una de las grandes gestas que se le recuerdan. Allí en la cárcel consiguió formar un equipo de presidiarios. Astuto como siempre negoció la inscripción de su equipo en la Anthracite Basketball League, un circuito semiprofesional de contrastada calidad que enfrentaba a equipos de prisioneros procedentes de distintas cárceles. Kirkland que siempre había destacado por ser un anotador compulsivo dio rienda suelta a su imaginación, consiguiendo una marca que suena irreal, propio de una orgía anotadora en cada uno de aquellos partidos. Acabo con 70 puntos de media aquella liga, sí 70 puntos lo he escrito perfectamente. La última y quizás más asombrosa historia de Richard `Pee Wee´ Kirkland llegó con un partido amistoso de su equipo con uno lituano. Aquel día, prometió vengarse del mundo y poseído por una fuerza sobre humana unida a uno de los mayores talentos que hayan estado a disposición de cualquier jugador de basket les endoso a los lituanos 135 puntos. ¡135 puntazos! ¡Que barbaridad! Por último, resaltar que el resultado del partido fue: 228 – 47. Poco después diría, y como genialmente recoge el gran Gonzalo Vázquez, lo siguiente: “Poco después de la debacle americana en Munich el verano de aquel año 72, Kirkland señalaba en tono jocoso: 'Hey, si alguien necesita derrotar a los rusos que me llamen'. Y en la entrevista del Express se reafirmaba muy seriamente: 'Sin duda. A mí y a un montón de fellas de la calle porque esos eran los grandes jugadores, los que no gozaban de una sola oportunidad'”.

Durante aquellos años tan difíciles para su `brother´, Hammond seguía levantando su imperio a base de fiestas, drogas y mujeres. También tuvo tiempo para jugar en la infeliz Eastern Basketball Association, así llamada entre 1970 (EPBL) y 1978 (CBA). Allí siguió demostrando porque los Lakers quisieron ficharlo, jugando en los Jets de Allentown. Decir que empezó a jugar antes de aquel intento por parte de los Lakers, en el 71 jugo un All Star de la Eastern Basketball Association. Con apenas 20 pasó por encima de cualquiera, su superiodad era sonrojante para los demás y sus bravuconadas formaban parte de su ser más intimo. Condujo a los Jets al trono de la década (campeones en 1968, 1970, 1972, 1975 y 1976). Decir también que antes de los Lakers llegaron los Nets, que tenían la ilusión de juntar a Hammond y al Doctor J. como era de esperar su respuesta fue que no. Algunos periodistas llegaron a hablar así de él 'Joe era un fuera de serie que fácilmente podría haber sido profesional, pero cayó en el error imperdonable de no seguir el camino de Julius´.
El final de la historia para ambos es distinto, Kirkland consiguió salir de la cárcel y de aquel mundo. Se sacó sus estudios y se convirtió en un hombre importante para la comunidad, Hammond acabo en la cárcel y término malviviendo junto a su tío.

Sus historias son tan increíblemente grandes como tristes, forman parte del triste club de los jugadores olvidados. Fueron los reyes de la pista con más sobrenombre del Playground, Rucker Park. Lo que les eleva al Olimpo del Playground. Fueron admirados e idolatrados. Aún hoy si hablas de ellos en esas zonas deprimidas despiertas sonrisas entre los que pueden recordar aquellos dorados años y a los que les han contado las proezas de aquellos reyes del asfalto. Richard `Pee Wee´Kirkland, el mayor anotador del Playground y Joe Hammond quizás el mejor jugador que haya dado nunca el Playground.

El gran Joe Hammond
Richar "PeeWee" Kirkland entrando a canasta
                                                          


Pedro Ruiz Sígueme en Twitter: @pedritoRiaza

1 comentario:

  1. Gran artículo compañero!!cuantos de estos jugadores filones en potencia habran acabado como estos dos que mencionas?una pena para ellos y para nosotros de no poder ver sus virtudes en una cancha de la NBA.

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