martes, 23 de abril de 2013

ORLANDO MAGIC: CUANDO EL SUEÑO SE ROMPIO



El 2 de abril de 1513 el vallisoletano Juan Ponce de León y Figueroa tomaba posesión de un terruño que creían una isla, como todas las que había conquistando anteriormente, dándole el nombre de la Tierra de la Pascua Florida debido parece ser a que aquel día de abril era lunes de resurrección, se convertía en el descubridor de lo que sería una de las zonas más importantes del continente norteamericano, unos tres siglos después en una zona más al Norte se produjo un evento que daría nombre a la zona, la muerte de un soldado estadounidense Orlando Reeves dentro de la Segunda Guerra Semínola (como puede apreciar no solo el Imperio Español lucho contra los nativos) y cuya tumba o mención encontraron los primeros colonos asentados en la región, adoptando el nombre, región que pasaría desapercibida para la historia del emergente país norteamericano, hasta que en 1965 Walt Disney, creador de la mitología infantil modera, decidió construir allí su parque temática Disney World, al calor del negocio y la prosperidad era muy adecuado la petición para instalar alguna franquicia de los grandes deportes profesionales USA, hecho que se concreto en 1989 con la creación de los Orlando Magic que junto a los vecinos Miami Heat, Minnesota Timberwolves y Charlotte Hornets ampliaban la NBA de la mítica cifra de 23 equipos de nuestra infancia a 27 franquicias.
La andadura de los nuevos Magic comenzaba como es lógico con el draft de expansión y con pocas victorias en el casillero, una marca de 18-64, pasando en la segunda temporada con un más que digno 31-51, al año siguiente cayeron los registros hasta 21 victorias y 51 derrotas presentándose a la lotería de novatos con altas probabilidades de conseguir el número 1, como así sucedió y en este caso hay que decir que les tocó el gordo, la pedrea y las dos aproximaciones eligiendo a Shaquille Rashaun O'Neal (jugador dominante durante casi 20 años y unos de los mejores pivots de la historia del baloncesto), la temporada de novato de Big Cactus término con un gran record para un equipo de nuevo cuño de 41-41, seguía la suerte de cara en las antiguas tierras semínolas pudiendo elegir en junio de 1993 en el número 3 del draft a Anfernee Deon “Penny” Hardaway.

             

Días de vino y rosas, estaban juntos Batman y Robin, un gran pivot y un gran base de dos metros comandando las expediciones, la pareja perfecta en la ciudad de los sueños, el primer año Penny y Shaq juntos se saldó con un 50-32, entrando en playoff por primera vez y perdiendo 3-0 contra Pacers, ensoñación que iba camino de ser perfecta cuando en la temporada próxima se fueron a un record de 57-25 siendo campeones de la División Atlántica, clasificándose para las eliminatorias para el título por la puerta grande, eliminando respectivamente a Celtics, Bulls, vengándose de los Pacers, no sin sufrir, en la final de Conferencia Oeste y clasificándose para las Finales contra los Houston Rockets, con el desenlace que todos conocemos, patada de realidad en la boca con un insultante 4-0 a favor de los cohetes, con un gran repaso de un inmenso Hakeem Olajuwon a un joven O’Neal, acontecido este tremendo varapalo, en la temporada 95-96 se volvieron a plantar en la final de Conferencia Este, repitiéndose el resultado de 4-0 está vez ante los segundos dinásticos Bulls de Michael Jordan, en ese verano de 1996 se produjo el hecho que marcaría a la franquicia de Florida durante años la salida del equipo como agente libre de su hombre franquicia, la marcha de Shaquille O’Neal a Los Angeles Lakers realizando un verdadero costa a costa.

                                          
Comienzo de la temporada 1996-1997, la parte principal del roster de Orlando Magic sigue siendo la que ha llevado a los éxitos a la franquicia, Penny Hardaway, Nick Anderson (jugador desde el principio de la entidad), Dennis Scott y Horace “el Señor de los Anillos” Grant que conformaban junto a Shaq el cinco inicial los años anteriores, seguían saliendo desde el banquillo Brian Shaw y Derek Strong principales recambios exteriores e interiores, respectivamente, como caras nuevas llegaban de Vancouver como agente libre el Hermanísimo, el escolta Gerald Wilkins que tan buen rendimiento había dado en la Gran Manzana y llegaba vía traspaso el que se pretendía que fuese el sustituto de Diesel (tarea harto difícil), Rony Seikaly que llegaba junto a Cliff Rozier a cambio de Jon Koncak, Donald Royal y Felton Spencer, decir que Rozier no llegó a debutar en el Orlando Arena, dentro de las caras nuevas cabe incluir a Darrell Amstrong que aunque llevaba dos temporadas en la entidad su verdadera aportación se empezó a producir en la citada season.

                                   

                                           
Centrándonos en la objetivo real del trade, traer a Seikaly para tapar el gran hueco dentro de la zona, que puedo decir del bueno de Rony, primera elección de la historia de Miami Heat en el draft de 1988 con el número 9, fue la estrella de esos primigenios Heat durante las primeras seis temporadas de andadura con muy buenos números, para ser traspasado en noviembre de 1994 a los Warriors por Billy Owens (jugador al que indirectamente dediqué un post que ruego humildemente su lectura) y Sasha Danilovic, pasó dos temporadas perdedoras en Golden State y se produjo el citado intercambio a Orlando, al buen jugador nacido en Beirut con pinta de playboy sacado de la serie Miami Vice, trazas de gentleman, nunca le estaré lo suficientemente agradecido porque su tacata y fuga del F.C. Barcelona hizo posible que Aito García Reneses mirasé al final del banquillo y viese a un joven desgarbado y larguirucho de 2,15 metros, le pusiese a jugar y el resto de esa historia ya la conocemos.

                                    

La temporada en cuestión empezó con Penny Hardaway quedandosé como única y verdadera estrella del equipo, que este año empezaría su calvario con las lesiones perdiéndose más de veinte partidos (suplicio multiplicado en tiempos posteriores), consiguiendo unas buenas estadísticas de 20,5 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias, con Scott, Anderson y Seikaly, como titulares aportando sus 10-15 puntos por partido y Horace Grant como último integrante del quinteto inicial sumando intendencia, rebotes y defensa, desde el banquillo Gerald Wilkins, Strong, Shaw y Amstrong conseguían que el tono del equipo no cayera cuando descansaban los titulares, en los banquillos también hubo cambios prescindiendo la entidad del entrenador que los había llevado a las Finales de 1995, Brian Hill cuando el equipo tenía un balance de 24-25, sustituyéndole un histórico de los Mavs, Richie Adubato que hizo un gran record de 21-12, la regular season terminó con un aceptable número de victorias, concretamente cuarenta y cinco, llevando a los nuevos Magic a playoff, donde perdieron tres a dos contra los primeros gran Miami de Pat Riley a los que hicieron sudar para ganarlos, Heat que finalmente llegarían a la final de la Conferencia Este para ser sacudidos por Jordan y compañía.
En definitiva, la sensación que dejo la marcha de Shaq a Lakers dejo la sensación que Orlando había pasado de ser un equipo aspirante a todo a una escuadra apañadita, cuya máxima aspiración sería meterse en playoff, siendo el cenit superar una ronda clasificatoria y ese regusto después de casi haber tocado el cielo tiene sabor a hiel, de la decepción sufrida en el verano de 1996 a los Magic les costaría recuperarse más una década, cura que empezaría en junio de 2004 con la elección de otro gran hombre interior, Dwight David Howard que los llevaría de la manita a unas Finales en 2009 y tres años después partiría en un megatraspaso de nuevo a la franquicia Lagunera de la soleada California, como ya he reflejado en algunos post la Historia siempre es cíclica y en la NBA esta máxima queda muy patente. Y recuerden, la vida puede ser maravillosa y con baloncesto hay más posibilidades de que lo sea. 

Autor: Andrés Jiménez
@Andrs13

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