El 2 de abril de
1513 el vallisoletano Juan Ponce de León y Figueroa tomaba posesión
de un terruño que creían una isla, como todas las que había
conquistando anteriormente, dándole el nombre de la Tierra de la
Pascua Florida debido parece ser a que aquel día de abril era lunes
de resurrección, se convertía en el descubridor de lo que sería
una de las zonas más importantes del continente norteamericano, unos
tres siglos después en una zona más al Norte se produjo un evento
que daría nombre a la zona, la muerte de un soldado estadounidense
Orlando Reeves dentro de la Segunda Guerra Semínola (como puede
apreciar no solo el Imperio Español lucho contra los nativos) y cuya
tumba o mención encontraron los primeros colonos asentados en la
región, adoptando el nombre, región que pasaría desapercibida para
la historia del emergente país norteamericano, hasta que en 1965
Walt Disney, creador de la mitología infantil modera, decidió
construir allí su parque temática Disney World, al calor del
negocio y la prosperidad era muy adecuado la petición para instalar
alguna franquicia de los grandes deportes profesionales USA, hecho
que se concreto en 1989 con la creación de los Orlando Magic que
junto a los vecinos Miami Heat, Minnesota Timberwolves y Charlotte
Hornets ampliaban la NBA de la mítica cifra de 23 equipos de nuestra
infancia a 27 franquicias.
La andadura de los
nuevos Magic comenzaba como es lógico con el draft de expansión y
con pocas victorias en el casillero, una marca de 18-64, pasando en
la segunda temporada con un más que digno 31-51, al año siguiente
cayeron los registros hasta 21 victorias y 51 derrotas presentándose
a la lotería de novatos con altas probabilidades de conseguir el
número 1, como así sucedió y en este caso hay que decir que les
tocó el gordo, la pedrea y las dos aproximaciones eligiendo a
Shaquille Rashaun O'Neal (jugador dominante durante casi 20 años y
unos de los mejores pivots de la historia del baloncesto), la
temporada de novato de Big Cactus término con un gran record para un
equipo de nuevo cuño de 41-41, seguía la suerte de cara en las
antiguas tierras semínolas pudiendo elegir en junio de 1993 en el
número 3 del draft a Anfernee Deon “Penny” Hardaway.
Días de vino y
rosas, estaban juntos Batman y Robin, un gran pivot y un gran base de
dos metros comandando las expediciones, la pareja perfecta en la
ciudad de los sueños, el primer año Penny y Shaq juntos se saldó
con un 50-32, entrando en playoff por primera vez y perdiendo 3-0
contra Pacers, ensoñación que iba camino de ser perfecta cuando en
la temporada próxima se fueron a un record de 57-25 siendo campeones
de la División Atlántica, clasificándose para las eliminatorias
para el título por la puerta grande, eliminando respectivamente a
Celtics, Bulls, vengándose de los Pacers, no sin sufrir, en la final
de Conferencia Oeste y clasificándose para las Finales contra los
Houston Rockets, con el desenlace que todos conocemos, patada de
realidad en la boca con un insultante 4-0 a favor de los cohetes, con
un gran repaso de un inmenso Hakeem Olajuwon a un joven O’Neal,
acontecido este tremendo varapalo, en la temporada 95-96 se volvieron
a plantar en la final de Conferencia Este, repitiéndose el resultado
de 4-0 está vez ante los segundos dinásticos Bulls de Michael
Jordan, en ese verano de 1996 se produjo el hecho que marcaría a la
franquicia de Florida durante años la salida del equipo como agente
libre de su hombre franquicia, la marcha de Shaquille O’Neal a Los
Angeles Lakers realizando un verdadero costa a costa.
Comienzo de la
temporada 1996-1997, la parte principal del roster de Orlando Magic
sigue siendo la que ha llevado a los éxitos a la franquicia, Penny
Hardaway, Nick Anderson (jugador desde el principio de la entidad),
Dennis Scott y Horace “el Señor de los Anillos” Grant que
conformaban junto a Shaq el cinco inicial los años anteriores,
seguían saliendo desde el banquillo Brian Shaw y Derek Strong
principales recambios exteriores e interiores, respectivamente, como
caras nuevas llegaban de Vancouver como agente libre el Hermanísimo,
el escolta Gerald Wilkins que tan buen rendimiento había dado en la
Gran Manzana y llegaba vía traspaso el que se pretendía que fuese
el sustituto de Diesel (tarea harto difícil), Rony Seikaly que
llegaba junto a Cliff Rozier a cambio de Jon Koncak, Donald Royal y
Felton Spencer, decir que Rozier no llegó a debutar en el Orlando
Arena, dentro de las caras nuevas cabe incluir a Darrell Amstrong que
aunque llevaba dos temporadas en la entidad su verdadera aportación
se empezó a producir en la citada season.
Centrándonos en la
objetivo real del trade, traer a Seikaly para tapar el gran hueco
dentro de la zona, que puedo decir del bueno de Rony, primera
elección de la historia de Miami Heat en el draft de 1988 con el
número 9, fue la estrella de esos primigenios Heat durante las
primeras seis temporadas de andadura con muy buenos números, para
ser traspasado en noviembre de 1994 a los Warriors por Billy Owens
(jugador al que indirectamente dediqué un post que ruego
humildemente su lectura) y Sasha Danilovic, pasó dos temporadas
perdedoras en Golden State y se produjo el citado intercambio a
Orlando, al buen jugador nacido en Beirut con pinta de playboy sacado
de la serie Miami Vice, trazas de gentleman, nunca le estaré lo
suficientemente agradecido porque su tacata y fuga del F.C. Barcelona
hizo posible que Aito García Reneses mirasé al final del banquillo
y viese a un joven desgarbado y larguirucho de 2,15 metros, le
pusiese a jugar y el resto de esa historia ya la conocemos.
La temporada en
cuestión empezó con Penny Hardaway quedandosé como única y
verdadera estrella del equipo, que este año empezaría su calvario
con las lesiones perdiéndose más de veinte partidos (suplicio
multiplicado en tiempos posteriores), consiguiendo unas buenas
estadísticas de 20,5 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias, con Scott,
Anderson y Seikaly, como titulares aportando sus 10-15 puntos por
partido y Horace Grant como último integrante del quinteto inicial
sumando intendencia, rebotes y defensa, desde el banquillo Gerald
Wilkins, Strong, Shaw y Amstrong conseguían que el tono del equipo
no cayera cuando descansaban los titulares, en los banquillos también
hubo cambios prescindiendo la entidad del entrenador que los había
llevado a las Finales de 1995, Brian Hill cuando el equipo tenía un
balance de 24-25, sustituyéndole un histórico de los Mavs, Richie
Adubato que hizo un gran record de 21-12, la regular season terminó
con un aceptable número de victorias, concretamente cuarenta y
cinco, llevando a los nuevos Magic a playoff, donde perdieron tres a
dos contra los primeros gran Miami de Pat Riley a los que hicieron
sudar para ganarlos, Heat que finalmente llegarían a la final de la
Conferencia Este para ser sacudidos por Jordan y compañía.
En definitiva, la
sensación que dejo la marcha de Shaq a Lakers dejo la sensación que
Orlando había pasado de ser un equipo aspirante a todo a una
escuadra apañadita, cuya máxima aspiración sería meterse en
playoff, siendo el cenit superar una ronda clasificatoria y ese
regusto después de casi haber tocado el cielo tiene sabor a hiel, de
la decepción sufrida en el verano de 1996 a los Magic les costaría
recuperarse más una década, cura que empezaría en junio de 2004
con la elección de otro gran hombre interior, Dwight David Howard
que los llevaría de la manita a unas Finales en 2009 y tres años
después partiría en un megatraspaso de nuevo a la franquicia
Lagunera de la soleada California, como ya he reflejado en algunos
post la Historia siempre es cíclica y en la NBA esta máxima queda
muy patente. Y recuerden, la vida puede ser maravillosa y con
baloncesto hay más posibilidades de que lo sea.
Autor: Andrés Jiménez
@Andrs13
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