Soy un ‘personaje’ bastante activo por Twitter –tengo una enfermedad, lo primero es aceptarlo- y en uno de esos días tontos en el que el UCAM Murcia perdía su partido conocí a Jesús (más conocido como @Jesus8233). Con el tiempo y los partidos nos fuimos conociendo y me enteré de su proyecto con otros locos por la canasta (@abrisierra23 e @igrs0001), he leído muchos artículos de este blog fantástico sobre basket y me animé a escribir algo.
Hay que ser justos y decir que Jesús siempre me animaba a que escribiera un artículo para su blog y, por mi curro (no soy fontanero como Jesús, me tiro el día escribiendo y necesito un respiro la verdad) nunca tenía tiempo para estrujarme la cabeza con un tema nuevo, a pesar de todos los que hay al hablar de baloncesto.
Así que me dije, voy a buscar una temática que me permita aportar un articulito regularmente a la web de estos fieras. Además, seguro que provoco un montón de polémica porque voy a ser totalmente sesgado y hablar de aquellos jugadores que más me gustan en esta posición, eso sí, acepto críticas, comentarios y toda clase de palos que pueda recibir en este cuerpo de teletubbie que dios me ha dado (o las panteras rosas y los bollycaos).
No prometo orden cronológico, ni tampoco seguir la misma estructura de los artículos para cada uno de los jugadores, eso sí, veo la NBA desde los 90 (la edad no me permitió ver más allá) así que solo me debería ceñir a jugadores dentro de mi radio de acción, pero…. Como no soy así pues me apunto a lo de comentar sobre jugadores que no he podido ver pero que he disfrutado en largos vídeos.
El primero de los elegidos para esta serie de artículos es uno de esos mitos que no tuve la ocasión de ver. Pete Maravich es para muchos uno de los mejores jugadores que este deporte ha dado. Durante los años que estuvo en la NBA no dejó indiferente a nadie.
Pete ‘Pistol Maravich’
Tras un exitosos paso por la Universidad Pete tenía que elegir entre dos ligas muy diferentes y a la vez parecidas: la ABA y la NBA. Para Maravich la decisión estaba tomada, prefería la NBA y tenía un equipo que lo había elegido en el número 3 del draft: Atlanta Hawks.
Pete firmó entre 1.600.000 y 2.000.000 de dólares a repartir entre 5 años, para su nueva andadura el fenomenal base llevaría el número 44, así los contrarios nunca olvidarían que este pequeño ‘blanquito’ tuvo una media de anotación estratosférica en su época universitaria. Pero la NBA no es la universidad y lo comprobaría durante sus primeros partidos.
Pete Maravich tuvo que lidiar con los egos de un vestuario liderado por Lou Hudson, un anotador compulsivo acostumbrado a jugársela siempre que podía, y con varios jugadores que no veían con buenos ojos la llegada de este rookie. Los primeros partidos fueron una declaración de intenciones por parte de sus compañeros, que no le ayudaban a defender ni entendían su juego en ataque. Sin embargo, llegó el despertar.
Pete salió varios partidos en el quinteto titular y no defraudó a todos los seguidores de Atlanta. Fue en el Garden donde se doctoró consiguiendo 40 puntos y dejando a Jerry West (la temporada anterior había tenido dos partidos ante los Hawks con más de 50 puntos) en 24 puntos. Maravich empezó a jugar a su verdadero nivel durante esta temporada, anotaba como sólo sabía hacerlo ‘pistol’ y ayudaba a sus compañeros a ser mucho mejor. Sin embargo el galardón de ROY fue a parar a Dave Cowens y Geo Petrie (empataron).
¿Un hombre sin suerte?
Sus años en Atlanta no fueron agradables, a su carácter introvertido y extraño para muchos de sus compañeros, se une la mala suerte con las enfermedades y lesiones.
Maravich contrajo una mononucleosis que hizo que perdiera más de 15 kilos, además la situación de sus padres no ayudó. El patriarca de los Maravich fue despedido de su cargo como entrenador de LSU y en vez de esperar a una buena oferta se fue a la universidad de Appalachian State, donde las cosas no le fueron nada bien. Todas esto mino a Maravich que no tuvo una buena temporada.
El tercer año parecía que podía ser el suyo, sin embargo su madre se suicidó por culpa de su adicción al alcohol y Pete sufrió una parálisis facial temporal que lastró el juego de Maravich durante un largo período de tiempo. Pese a todos estos inconvenientes el ‘44’ consiguió 26 puntos y casi 7 asistencias por partido.
New Orleans Jazz: Comienza el espectáculo
Si un jugador como Magic Johnson dice que Maravich fue un ejemplo para su juego, tenemos que creerle y suponer que era bastante bueno.
Tras sus malas experiencias en Atlanta, los New Olreans Jazz se hicieron con los servicios de Pete y no defraudó a sus seguidores. Pase imposibles mirando al público, de espaldas, picados desde su campo, el repertorio de ‘Pistol’ no tenía fin. Los jugadores que compartían la pista con Pete lo consideraban un genio, a pesar de todos sus problemas personales.
Son recordados sus concursos de tiro en los AllStar, las habilidades que tenía a la hora de jugar al conocido HORSE y es puesto como ejemplo por multitud de entrenadores -entre ellos Red Aurbach- como ejemplo de manejo de balón excepcional.
Últimos años de ‘Pistol’
“No quiero jugar hasta los 40 y morirme de un ataque al corazón” fueron las palabras que Pete pronunció en el momento de su retirada; bastante antes de lo que la gente esperaba. Los Jazz se acababan de mudar a Utah y no dudaron en retirar el 7 de Pete ‘Pistol’ Maravich.
Tras su retirada Pete tuvo una aparición: Una noche mientras dormía creyó que alguien le hablaba, era Dios que lo estaba llamando. Tras este acontecimiento Maravich decidió contarlo a todo el mundo, lo que lo llevó a multitud de televisiones y acontecimientos sociales.
El destino fue cruel con ‘Pistol’ (otra vez más) y mientras estaba disputando un partido amistoso se desplomó al suelo y murió en el acto a la edad de 40 años; llevaba puesta una camiseta que decía “Con la mirada de Jesús”.
El vaticinio que hizo el día de su retirada se hizo realidad. En 1996 fue elegido como uno de los 50 jugadores mejores de todos los tiempos.
Opinión de un inexperto
Sólo puedes apreciar las cosas que hacen estos jugadores cuando juegas al baloncesto, ver a un tío como Maravich fintar dos veces para anotar una tercera es impresionante. Actualmente Russel Westbrook intenta hacer una de las jugadas favoritas de ‘Pistol’ llegar plantarte y anotar plácidamente (como si fuera tan fácil), pero no lo hace como el legendario ‘44’.
Un tiro impresionante desde todos los lugares de la pista, así como una inteligencia bestial a la hora de jugar a este deporte lo hacían uno de los mejores jugadores de su tiempo. No contento con ser un anotador compulsivo, Pete tenía un elenco de pases preciosos que levantaban al público de sus asientos.
Al ver un pase picado de Ricky Rubio a todo el mundo se le viene a la cabeza: ¿Pete ha vuelto? Pero al pequeño jugador de Minnesota le falta el tiro que hizo que a Maravich lo apodaran ‘Pistol’. Eso sí, a pesar de esa capacidad bestial para anotar no descuidaba la defensa, ya en su primera temporada consiguió que Jerry West dejara de acribillar a sus Hawks.
Un gran jugador, sin duda alguna, pero una persona a la que la mala suerte le perseguía. Ese era Pete ‘Pistol’ Maravich.
@JoseZamoraJodar
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